Hoy estoy triste, como tantos días… especialmente, desde hace un mes por Aminetu Haidar y su “lucha”, tema que llevo en mi cabeza permanentemente.
Aminetu se nos muere y somos incapaces de evitarlo… ¿por qué no podemos hacer más?
El dolor que siento, la impotencia, la desilusión, la decepción… son tantas cosas…
Los derechos humanos… esos derechos que se deberían respetar, pero tantas veces no se respetan… Claro, no se respetan lejos de nosotros ¿no? ¿o cerca?… ¡Qué fácil es cerrar los ojos cuando pasan las cosas lejos, si para algunos es tan fácil también teniéndolo cerca!
Mirar a otro lado, intentar justificar lo injustificable…
¡Qué bonito es opinar, desde nuestra casa caliente! ¡Qué bonito es viajar a países “exóticos” y ver las cosas de “fuera” desde nuestra comodidad! Y luego, de vuelta a nuestra acogedora casa. ¡Qué bien, poder volver a casa! Ojalá todos pudieran volver a su casa cuando quieren.
Cómo molesta que te traigan el problema “a casa” si es más fácil ignorarlo estando “fuera”. Es preferible no saber, es mejor lavar nuestra conciencia desde lejos, defender la justicia desde lejos, defender los derechos humanos desde lejos, aportar nuestros granitos de arena “o de arroz…” desde lejos.
Desde lejos somos todos muy solidarios, damos a los que no tienen, a los que piden cosas “razonables” que nos suponen poco esfuerzo dar… pero desde nuestra comodidad… así es fácil ayudar y sentirnos útiles, pero desde lejos… que no me traigan el problema a casa que se me desbarajusta todo ¿no?
Los intereses… ¿qué intereses?… los de los poderosos… prevalecen intereses económicos y políticos… y lo aceptamos como una “ley” inamovible…
Ansío el momento en que cambie la conciencia global, en el que la mayoría de las personas estemos “por encima” de los intereses económicos; donde prevalezca la razón, la justicia, la libertad, el amor…
Gracias Aminetu, por tu fortaleza, por ser capaz de remover conciencias dormidas, por arriesgar tu vida siendo fiel a tus principios, por dar una lección a tanta gente…
Gracias a gente como tú es como a lo largo de la historia se han ido consiguiendo grandes cambios, avanzando en los derechos humanos. La pena es que tengan que ser las cosas así porque el mundo “no se entera” o permanece dormido. La mayoría de la gente solo actúa cuando ve tambalearse “lo suyo”.
Por eso es tan necesario que cada vez seamos más gente los que consideremos que en cuanto a derechos humanos “todo es nuestro” todo nos afecta y tenemos que exigir que se respeten siempre.
Me vienen a la cabeza dos poemas que siguen siendo de gran actualidad, aún llevando tanto tiempo escritos:

Primero se llevaron a los negros,
pero a mí no me importó, porque yo no lo
era.

Enseguida se llevaron a los judíos,
pero a mí no me importó,
porque yo no lo era.

Después detuvieron a los curas,
pero como yo no
soy religioso, tampoco me importó.

Luego apresaron a unos comunistas,
pero como yo no soy comunista, tampoco me importó.

Ahora me llevan a mi,
pero ya es tarde.

(Tengo dudas de si es de Bertolt
Brecht o de Martín Niemöller, lo he visto referenciado a los dos)

Hay “personas” que luchan un día y son buenos.
Hay “quienes” luchan un año y son mejores.
Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos.
Pero hay los que luchan toda una vida,
esos son los imprescindibles.

(He cambiado “hombres” del original por “personas” y “otros” por “quienes”, el original es de Bertolt Brecht)

A pesar de todo, sigo luchando, sigo actuando, sigo creyendo en que un mundo mejor es posible, muchas personas “estamos en ello” y quiero creer que cada día somos más los que nos guiamos por el AMOR, ese amor en mayúsculas que mueve el mundo. Esto es lo que me ayuda a seguir en este barco…

Cada día me digo: PIENSA GLOBAL, ACTÚA LOCAL

Y este vídeo:
Aminatou Haidar, Con el viento de cara from comunicast.es on Vimeo.

 
0
    0
    Tu carrito de Compra
    Tu cesta está vacíaVolver a la tienda