Esta semana hemos celebrado el Día Internacional de la Danza, cada quién a su manera, incluso desde el pensamiento, teniéndola presente junto a todo lo que nos aporta, como cada día del año…

Desde su creación, en 1982, el Día Internacional de la Danza se celebra cada año el 29 de abril, aniversario del creador del ballet moderno, Jean-Georges Noverre (1727-1810). Es la ocasión para rendir homenaje a la danza y su universalidad, más allá de las barreras políticas, culturales y étnicas.

Cada año hay un mensaje oficial preparado por una persona relevante en el mundo de la Danza. Hoy os acerco aquí el de este año, a cargo de Israel Galván, coreógrafo y bailaor español, Premio Nacional de Danza en 2005, entre otros, y artista asociado al Théâtre de la Ville de París y al Mercat de les Flors de Barcelona, ha sido seleccionado por el Instituto Internacional de Teatro (ITI) como el autor del Mensaje Oficial del día Internacional de la Danza 2015.

Carmen Amaya, Valeska Gert, Suzushi Hanayagi, Michael Jackson…danza inclasificable. Yo no podría descifrar sus estilos de baile…los veo como turbinas generadoras de energía y esto me hace pensar en la importancia de la coreografía sobre esa misma energía del que baila. Seguramente lo importante no es la coreografía, sino precisamente esa energía, el torbellino que provoca.

Imagino una bobina tesla atrayéndolos a todos y emitiendo un rayo sanador y provocando una metamorfosis en los cuerpos: Pina Bausch como mantis religiosa, Raimund Hoghe convertido en escarabajo pelotero, Vicente Escudero en insecto palo y hasta Bruce Lee en escolopendra.

Bailé mi primer dúo con mi madre, embarazada de 7 meses. Puede parecer una exageración. Aunque casi siempre bailo solo, imagino que me acompañan fantasmas que hacen que abandone mi papel de “bailaor de soledades”. No querría decir Didi-Huberman: de soleares.

De pequeño, no me gustaba el baile, pero era algo que salía de mí de una forma natural y fácil. Casi instintiva. Con el tiempo me di cuenta que el baile curaba, me hacía efecto, casi medicinal, me ayudó a no ser tan introvertido y a abrirme a otras personas. He visto la imagen de un niño enfermo de ébola curándose a través de la danza. Sé que es una superstición, pero, ¿sería eso posible?

Después, el baile, acaba convirtiéndose en una obsesión que consume mis horas y que hace que baile hasta cuando me quedo quieto, inmóvil, apartándome así de la realidad de las cosas. No sé si esto es bueno, malo o necesario pero…así es. Mi hija Milena, cuando estoy quieto en el sofá, pensando en mis cosas, con mi propio runrún, me dice: papi, no bailes.

Y es que veo a la gente moviéndose al andar por la calle, al pedir un taxi, al moverse con sus diferentes formas, estilos y deformidades. ¡Todos están bailando! ¡No lo saben pero todos están bailando! Me gustaría gritarles: ¡hay gente que todavía no lo sabe!, ¡todos estamos bailando!, ¡los que no bailan no tienen suerte, están muertos, ni sienten ni padecen!

Me gusta la palabra fusión. No como palabra de marketing, confusión para vender un determinado estilo, una marca. Mejor fisión, una mezcla atómica: una coctelera con los pies clavados en el suelo de Juan Belmonte, los brazos aéreos de Isadora Duncan y el medio cimbreo de barriga de Jeff Cohen en Los Goonies. Y con todos estos ingredientes hacer una bebida agradable e intensa, que esté rica o amarga o se te suba a la cabeza. Nuestra tradición también es esa mezcla, venimos de un cóctel y los ortodoxos quieren esconder su fórmula secreta. Pero no, razas y religiones y credos políticos, ¡todo se mezcla!, ¡todos pueden bailar juntos!. Quizás no agarrados, pero sí unos al lado de los otros.

Hay un antiguo proverbio chino que dice así: “El aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo. Cuando una mosca levanta el vuelo en Japón, un tifón sacude las aguas del Caribe”. Pedro G Romero, después de un aplastante baile por sevillanas, dice: “El mismo día que cayó la bomba en Hiroshima, Nijinsky repitió su gran salto en un bosque de Austria”. Y yo sigo imaginando: un latigazo de Savion Glover hace girar a Mikhail Baryshnikov. En ese momento, Kazuo Ono se queda quieto y provoca una cierta electricidad en María Muñoz que piensa en Vonrad Veidt y obliga a que Akram Khan provoque un terremoto en su camerino: se mueven sus cascabeles y el suelo se tiñe con las gotas cansadas de su sudor.

Me gustaría poder dedicar este Día Internacional de la Danza y estas palabras a una persona cualquiera que en el mundo esté bailando en este justo momento. Pero, permitidme una broma y un deseo: bailarines, músicos, productores, críticos, programadores, demos un fin de fiesta, bailemos todos, como lo hacía Béjart, bailemos a lo grande, bailemos el Bolero de Ravel, bailémoslo juntos.

Israel Galván, bailador y coreógrafo.

Por su parte, el Presidente del Consejo Internacional de la Danza-UNESCO, Alkis Raftis, ha hecho público el siguiente mensaje:

Hace un siglo, el famoso organizador ruso Sergei Diaghilev revolucionó el ballet, invitando a los pintores y músicos con más talento de su tiempo a contribuir a sus actuaciones. Tengo la impresión de que, hoy en día, los coreógrafos descuidan las otras Artes, y no sienten la necesidad de presentar sus creaciones junto a sus iguales en otros campos.

Estoy seguro que el público podría apreciar la inclusión de otras Artes en los espectáculos de Danza, a partir de las Artes Clásicas: Pintura, Escultura, Teatro, Música, Poesía, Arquitectura, así como de otras expresiones artísticas más modernas como la fotografía, el cine, diseño multimedia, de iluminación, de sonido, etc. Incluso permítanme ir más allá proponiendo enriquecer la Coreografía con las Humanidades (Historia, Literatura, Filosofía y Lingüística). Personalmente me gustaría, sobre todo, disfrutar de la narración de cuentos, artes marciales, y – lo digo muy en serio – artes culinarias.

No hay nada nuevo en esta propuesta, los antiguos griegos en sus simposios combinaban todo lo anterior. Después de 25 siglos creo que podríamos volver a la idea de que una actuación completa combina el máximo posible de artes.

Este año, el Consejo Internacional de la Danza CID une fuerzas con una organización hermana para celebrar Día de la Danza. La Asociación Internacional del Arte IAA/AIAP que es una Organización No Gubernamental cuyas oficinas se encuentran junto a la nuestra en la UNESCO. Nuestra propuesta común es combinar la Danza con la Pintura, Dibujo, Escultura y otras formas de trabajo creativo de las Artes Plásticas.

Mis agradecimientos a la señora Rosa María Burillo de México, Presidente Mundial de la IAA / AIAP,que ha movilizado a artistas de decenas de países que sugiriéndoles que cooperen con los Coreógrafos, Bailarines y Profesores de Danza en eventos comunes: espectáculos, exposiciones, eventos, fiestas, manifestaciones en las calles, talleres, sesiones terapéuticas y (¿por qué no?) banquetes.

Alkis Raftis
Presidente del Consejo Internacional de la Danza UNESCO, París.

 
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