Esta entrada la escribí tras la muerte de mi suegro, hace ocho meses y medio, ahora, con la pérdida de mi padre, la comparto de nuevo:
Cuando un cuerpo se apaga para siempre… quedan los recuerdos en las personas queridas, en esas mentes y en esos cuerpos que todavía funcionan, pero que un día, también dejarán de funcionar. La vida de una persona continúa mientras haya otra persona que le recuerde. Vivir es hermoso y conlleva alegrías y tristezas, idas y venidas, nacimientos y muertes… Saber entenderlo todo en su conjunto ayuda a tener una vida más plena. Vida y muerte son dos caras de la misma moneda, es lo que hay. Vivamos una vida plena y cuando llegue el momento de nuestro viaje a otra parte, despidámonos agradecidos por todo lo vivido y por lo que “quizás”, todavía falte por llegar…
… igual para la próxima vida me pido…
… ya lo pensaré…
Claro que sí… Adiós y aquí sigues, de otra manera.
Hola después de tanto tiempo. Siento mucho la pérdida de tu padre, pero quería pasar por esta, tu casa, para agradecer que haya gente como tú en el mundo. Personas con un alma tan pura y un corazón tan grande, como para dedicaros a hacer felices a los demás. Tanto en el día a día, como en ocasiones especiales.
Mi hijo estuvo ingresado varias veces en el hospital antes de operarle del corazón. Largas y dolorosas estancias, en las que los payapupas le regalaban tanto a mi hijo como a los demás niños enfermitos, miles de sonrisas. Bueno, a los niños y a nosotros, los padres.
Gracias de corazón, a todos los payasos del mundo!. Os admiro.
Un abrazo.
Sí, Jesús, aquí sigo. Gracias por tu compañía. Un besico.
Gracias Nati. Yo también he pasado por "tu casa". Un besico.
Preciosa cuando te conocí en ese taller de Danza Vivencial, me quedó para siempre en el recuerdo tu mirada y tu frase "me llevo de aqui a una amiga", ahora esa mirada para mi está más presente que nunca, ese será siempre el recuerdo que tendré de ti, cuando algún día tú te marches a seguir el viaje a otra parte, y espero que tú también mantengas el recuerdo de mi con esa mirada.
Tu padre tiene en ti y en tus recuerdos de él una preciosa forma de seguir presente.
Gracias por tus palabras Silvia. Me acuerdo perfectamente de ese momento. Un besico.