De repente una voz comenzó a resonar en mi interior…
Me decía: “amor, risa y danza”… “pon en tu vida amor, risa y
danza”…
Y varias veces al día, durante muchos días, resonaba dentro de mí como un
mantra…
Aquello me sacó del sopor en el que me encontraba desde hacía un tiempo…
¡Era el momento de volver!
Despertar de aquel sueño que me había dejado un
tanto aturdida y me había alejado de mi propia esencia…
¡Era el momento de regresar al hogar!
¡Y volví a sentir la alegría!
¡Y volví a tomar las riendas de mi vida!
¡Y decidí de nuevo ser feliz!
Así comenzó esta nueva etapa en la que ya llevo imbuida más de dos años, re-creándome de nuevo… volver a llenarme de amor, de risa y de danza… y trabajar desde ahí…
decidí re-orientarme y dedicarme profesionalmente a desarrollar mis propios proyectos, mis propias ideas… a compartir, a acompañar,
a proponer… a provocar y facilitar cambios para el desarrollo personal y el bienestar… porque eso me hace feliz… porque me encanta poder aportar a otras personas desde mi propia esencia…
creo que es importante darse permiso, cuidarse, aprender a disfrutar de la vida, regalarse momentos y experiencias de disfrute personal…
a veces me encuentro con personas que me dicen que les encantaría hacer tal o cual actividad pero que no están bien de ánimos… o no saben si les va a gustar… o no saben cuánto se van a tener que implicar… o les parece mucho gasto… o no hay manera de que les cuadre bien la fecha…
a veces se trata de miedo a lo desconocido… a veces se trata de resistencias al cambio… a veces simplemente no es el momento y ya está…
el momento llega cuando tiene que llegar y cada cosa sucede en su debido momento…
yo he llegado hasta aquí recorriendo mi propio camino, atravesando mis propias resistencias y trascendiendo mis propios miedos, como cada una de las personas que estáis leyendo esto…
cuando sea el momento de quien quiera que sea el momento… nos encontraremos… aquí o allí… y durante el tiempo que compartamos vibraremos con la mima sintonía.
Namasté.
“Cuando tú encuentres el camino, otros te encontrarán a ti. Al pasar por el camino, serán atraídos a tu puerta. Y el camino que no puede oírse, resonará en tu voz. Y el camino que no puede verse, se reflejará en tus ojos” Lao Tsé.