La mente humana es compleja y asombrosamente maravillosa, pero históricamente ha sido (y sigue siendo en numerosos ámbitos) una gran desconocida a la que se ha descuidado enormemente. Para que la mente esté sana hay que cuidarla, pero no nos han enseñado cómo hacerlo y los problemas de salud mental siguen aumentando.

Si bien se insiste en la necesidad de cuidar nuestra salud física, a la salud mental no se le ha dado importancia, como si nada pudiera afectarla y no hubiera que cuidarla. Por eso las formas más habituales de enfrentarse a los problemas de salud mental han sido ignorarlos, ocultarlos y/o tratar de resolverlos como se ha podido sin ayuda, sin tener conocimientos ni habilidades para ello.

Hoy en día cuando tenemos un problema de salud física vamos con normalidad al centro médico para que nos diagnostiquen y nos ponga un tratamiento adecuado, sin embargo, cuando tenemos un problema de salud mental nos cuesta bastante más recurrir a especialistas para que nos ayuden.

Poco a poco se va aceptando más el hecho de acudir a profesionales de la psiquiatría, la psicología y otras terapias para recuperar la salud mental, pero a la vez se hacen cada día más evidentes las carencias que tiene el sistema sanitario en este sentido. Es necesario que cambien todavía muchas cosas para que se normalice en el sistema de salud general, una atención a la salud mental acorde a las necesidades de la población. De todas formas, ya sabes que soy optimista, así que confío en que todo llegará.

Pero, ¿qué relación tiene esto con el desarrollo personal y por qué hablo de ello? Porque dependiendo de cómo estamos a nivel de salud necesitamos un tipo de acompañamiento u otro y a veces no lo tenemos en cuenta. Es necesario comprender que tanto si tenemos una enfermedad física como si es mental, lo primero es recuperarse.

Como en lo físico lo vemos más claro, te pongo un ejemplo:

Si una persona tiene un accidente en el que se rompe una pierna y le tienen que operar con urgencia, lo primero es salvar su vida, ¿verdad?, lo siguiente curar la fractura de la mejor forma posible, después vendrá la rehabilitación para recuperar fuerza y movilidad, luego comenzar a caminar con ayuda hasta poder hacerlo sin apoyo y, por último, hacer ejercicio físico dependiendo de sus posibilidades.

después de la tormenta sale el sol
Pues con lo mental es igual, aunque a veces nos cueste tanto verlo. Hay personas que dicen que hay determinados tipos de mensajes motivacionales y de desarrollo personal que no ayudan o que incluso son perjudiciales, pero hay que saber entender por qué hay personas a las que no les ayudan mientras que a otras sí les sirven.

En el ejemplo del que te hablaba antes, no le diremos a esa persona que se vaya a hacer deporte nada más romperse la pierna o en el proceso de rehabilitación, ¿verdad? Pero eso no quiere decir que, a otras personas, o a esta misma en otro momento de su vida, no se les pueda recomendar hacer ejercicio físico.

De la misma forma, por poner un par de ejemplos, a una persona con depresión profunda no le diremos que sonría y ya está, ni a alguien con mucha ansiedad le propondremos que respire hondo y no se preocupe tanto, porque en esos casos no estaremos teniendo en cuenta el estado de enfermedad mental en el que se encuentran. Pero eso no quiere decir que sonreír o respirar hondo no sean técnicas adecuadas para otras personas o que incluso en otros momentos de sus vidas puedan llegar a serlo para estas. ¿De acuerdo?

Es necesario comprender que cuando trabajamos en el ámbito del desarrollo personal, lo hacemos partiendo de un estado básico de salud mental que nos permita seguir mejorando cada día nuestra forma de vivir la vida.

Yo me enfoco en mejorarla desde un mayor conocimiento del funcionamiento de todo nuestro ser (cuerpo, mente, alma y emociones) y la adquisición de herramientas que nos ayudan a disfrutar cada día más de la alegría de vivir.

Por lo tanto, si sientes que los mensajes que te transmito te ayudan, te motivan, te inspiran, te dan fuerza, te ilusionan, etc., me alegro mucho de que así sea porque esa es mi misión, así que te animo a seguir adelante con entusiasmo en tu proceso de desarrollo personal. Si tú quieres, yo estoy por aquí acompañándote a través de mis artículos, mis libros y mis cursos para disfrutar cada día más de La Alegría de Vivir

Pero si sientes que nada te ayuda y que cada día estás peor, busca ayuda profesional que sea más adecuada para ti en este momento. Es importante que lo hagas, no pasa nada, está bien así, hay personas especializadas que pueden ayudarte, ya verás, permítetelo porque, aunque a veces no lo parezca, después de la tormenta sale el sol.

 
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