Desde que llegamos a esta vida, comenzamos a sumar segundos, minutos, horas, días, semanas, meses, años… ¿Te has parado a pensar en la cantidad de cosas, lugares, personas, etc., que han pasado por tu vida?
¡Cuántas experiencias!, ¿verdad?
Mientras recorremos un camino, dejamos de hacer otro y cada paso que damos lo dejamos atrás. ¡Así es la vida!
Pues, fíjate por dónde, son estas dos sencillas reglas, elegir y soltar, las que nos permiten avanzar y disfrutar de la vida y, sin embargo, nos suele costar mucho integrarlas con facilidad en nuestro día a día.
¿Qué tal llevas tú eso de elegir?, ¿y lo de soltar lo que ya no te sirve o te hace daño? Piensa un poco y responde a estas preguntas antes de seguir leyendo por favor.
¿Hecho? ¡Seguimos!
A partir de mi experiencia y las de otras personas a las que he ido acompañando, he podido constatar que a menudo tenemos dificultad para elegir, por dos motivos fundamentalmente: porque queremos todo y no queremos renunciar a nada, o porque nos da miedo equivocarnos y que hubiese sido mejor otra opción.
Por otra parte, nos cuesta soltar porque nos da miedo el cambio, por eso nos aferramos a lo conocido (cosas, lugares, personas…), aunque no sea lo mejor para nuestra vida.
Muchas veces decimos que queremos algo, pero elegimos hacer lo contrario de lo que nos haría lograrlo, y otras veces nos empeñamos en seguir aferrándonos a lo antiguo y, a la vez, nos quejamos de que no avanzamos.
Fíjate en algunos ejemplos:
– Quiero el helado de fresa, pero no quiero renunciar al de chocolate.
– Quiero una lavadora nueva, pero no quiero desprenderme de la vieja.
– Quiero un nuevo trabajo, pero no quiero cambiar de compañeras.
– Quiero que me dejes en paz, pero me enfado si no me llamas.
– Quiero nuevas relaciones, pero solo quedo con gente a la que ya conozco.
– Quiero ser feliz, pero, aunque no lo soy, no quiero hacer nada diferente.
Si te das cuenta, elegir y soltar van de la mano, porque al elegir una opción soltamos otra, y soltar, a su vez, es una elección. ¿Comprendes?
Ten en cuenta que la vida es un continuo estado de cambio, nada permanece, por lo tanto, necesitamos adaptarnos para seguir caminando, y para dar paso a lo nuevo necesitamos elegir y soltar continuamente.
Si no eliges tú, los demás elegirán por ti y si no sueltas lo anterior, jamás podrás pasar a lo siguiente.
– Las experiencias comienzan y terminan, es necesario cerrar unas puertas y abrir otras. No podemos vivir solo de recuerdos, anclándonos a algo que sucedió, porque eso ya no existe.
– Las personas van y vienen, cada quien sigue su camino y, aunque en algún momento hayamos caminado al lado, puede que un día sea necesario dejarlas atrás.
– Los objetos tampoco pueden quedarse para siempre y si nos cuesta soltarlos es por la gran carga emocional que depositamos en ellos.
– También es muy frecuente aferrarse a determinados lugares, pero si sientes que no es ahí donde quieres estar, también puedes elegir cambiar de lugar.
Para comprender mejor todo esto vamos a traer aquí a Tarzán. Sí, el de la selva. Imagínatelo saltando de liana en liana mientras hace su grito característico. ¿Lo tienes en tu mente? Genial.
Tarzán, para desplazarse, agarra una liana con una mano, se impulsa hacia la siguiente y se sujeta a ella con la otra mano, ¿verdad?, y así sucesivamente.
Pero, ¿y si tras sujetarse a la primera liana, no se agarra a una segunda porque no sabe cuál elegir? Entonces se quedará colgando y no avanzará, ¿cierto?
Por eso se sujeta a una segunda liana, porque lo que quiere es avanzar. Pero, ¿y si se agarra a la segunda, pero no se atreve a soltar la primera?, ¿qué crees que pasará entonces?
¡Exactamente!, al igual que en la primera opción se quedará colgando y sin avanzar.
¿Comprendes? Elegir y soltar, elegir y soltar, elegir y soltar… ¡Así es! ¡No hay otra opción!
Por lo tanto, quieras o no, para disfrutar de verdad de la vida, tienes que tener integrados estos dos hábitos fundamentales:
1– Tomar decisiones que te ayuden a disfrutar de la alegría de vivir y actuar en consecuencia.
2– Soltar, de una vez por todas, todo aquello que te impide disfrutar de la alegría de vivir.
Recuérdalo bien, porque son dos hábitos ¡imprescindibles! e ¡innegociables!
Quizá haya llegado el momento de hacer algo nuevo en tu vida que te haga sentir mejor y de soltar algo que te esté haciendo daño. ¿No crees?
Y recuerda que, tanto por aquí como en las páginas de mis libros, encontrarás más contenido que puede ayudarte a disfrutar cada día más de La Alegría de Vivir
Gracias, gracias, gracias. He realizado un ejercicio de poner dos columnas una donde Elijo y otra donde Suelto. Al ponerme a escribir, han salido un montón de emociones, pensamientos…me siento liberada al poner CONSCIENCIA. Gracias, gracias, gracias Anaís Isarre.
¡Qué buena idea!
Me alegro mucho de que te haya resultado útil el artículo. Gracias por compartir.
Es algo muy importante que parece obvio, pero que rara vez nos paramos a pensarlo y menos a hacerlo, al menos de forma consciente.
Desde luego para avanzar hay que ir soltando algunas cosas, pero no pasa nada, otras llegarán.
Gracias por estos tips.
Un placer :o) Gracias por leerme.
Muy cierto y gracias por recordarnos lo, en el camino estamos y gracias también por acompañarnos en él
Gracias por tu comentario. ¡Seguimooos!