El tiempo pasa, nada permanece, todo está en continuo movimiento, y así debe ser.
Cada día un paso más, o dos, o tres…, depende del día, pero siempre adelante.
A veces miro atrás y me doy cuenta de todo el camino andado,
entonces vuelvo a mirar hacia delante y veo todo lo que me queda por recorrer,
después, miro mi presente, y lo camino…
Si la vida es un continuo caminar, mejor caminarla con alegría, con ilusión, con entusiasmo…, disfrutando de cada momento (sea como sea) y viviéndolo intensamente.
Cada día, al despertar, respiro hondo y sonrío porque tengo un nuevo día por delante. Cada noche, antes de dormirme, respiro hondo, sonrío y recuerdo todo lo bonito del día. No siempre fue así, pero ahora sí.
Poner el foco en lo positivo es fundamental. Recuerda que, cuando los momentos son complejos, es cuando más tenemos que enfocarnos en mantener nuestra alegría para estar bien. Todo pasará. Esto también.
Encuentra la forma de disfrutar cada día de LA ALEGRÍA DE VIVIR.
¡Sonríe!
Así es, todo está en movimiento y cada día es un día más y a la vez, un día menos. Todo pasará y el tiempo nos traerá nuevos retos a superar. Mejor hacerlo con alegría.
Siii, vamoooos
Gracias Tomás
Hola Anais. Tengo pendiente escribirte algo sobre tu trabajo conmigo.
Ha sido muy bonito. Desde el principio hasta el final me he sentido muy bien.
Me he sentido en cercanía contigo.
Tu parte humana es lo que más me ha gustado y encantado conocer. Porque hace mucho tiempo necesitaba volverme a encontrar con gebte y personas así. De corazón. Que saben ayudar desde el corazón. Mi alta sensibilidad necesitaba también recolocar mucho de todo lo que en mi interior no estaba pudiendo. Pues tú y tu manera de ser y yo encontrarte también con alta sensibilidad, desde luego que me ayudó a sentirme también muy relajada y muy confiada en la vida y en mi proceso de vida. Me encantaría que fueran así todos los días. Me sentí muy en compañía contigo. Y muy sostenida, algo también muy importante para mí para las circunstancias en las que me encontraba. Tu parte humana o mejor explicado, tu humanidad tan presente, me aportó calor a todo lo que debía organizarme. Nunca había estado con una coach y me ha encantado tu dulzura, tu fuerza, tu compasión y tu comprensión. Muchas gracias anais. Te envío un abrazo muy fuerte. Y espero volver a verte.
Me alegro mucho preciosa, gracias por compartir tu experiencia conmigo. Gracias. Gracias. Gracias.