La Navidad es una época que despierta emociones intensas y, aunque es una época llena de ilusión por las celebraciones y los reencuentros, para muchas personas se convierte en un periodo de gran estrés y ansiedad.
Si eres tú una de ellas y el hecho de pensar en que se acercan las Fiestas navideñas altera tu ritmo cardíaco, no creas que eso solo te pasa a ti, porque es mucho más habitual de lo que puede parecer.
La Navidad trae consigo un cúmulo de estímulos y recuerdos que no siempre resultan fáciles de gestionar, por eso hay personas que pueden llegar a sentirse totalmente sobrecargadas.
En este artículo vamos a ver las razones que pueden desencadenar ese estrés y cómo podemos enfrentarlo para vivir estas Fiestas de una manera más positiva.
Fuentes habituales de Estrés Navideño
El primer paso para gestionar mejor tu estrés navideño es reconocer qué es lo que lo genera. Estas son algunas de las causas más comunes:
1. Ausencia de seres queridos: Estas fechas pueden intensificar el duelo por personas importantes en nuestra vida que no están aquí, ya sea porque han fallecido o porque se encuentran lejos.
2. Recuerdos dolorosos: Si en navidades pasadas hubo algún acontecimiento que nos causó dolor, cada año en estas fechas vuelve el recuerdo a nuestra mente.
3. Compromisos sociales y familiares: Las reuniones con personas con las que no tenemos contacto frecuente, o con quienes tenemos diferencias, pueden traer momentos incómodos que se convierten en una fuente de tensión, sobre todo si hay conflictos latentes.
4. Expectativas y planificación: Las responsabilidades adicionales como comprar regalos, organizar comidas o atender a muchas personas, pueden convertirse en una sobrecarga de actividades que resulte agotadora.
5. Cumplir con las tradiciones: La obligatoriedad de tener que hacer las cosas de una determinada manera, aunque no nos guste, porque es tradición en la familia o la comunidad, puede generar malestar.
6. Sensibilidad ante los estímulos: Ten en cuenta que las personas altamente sensibles suelen sentirse abrumadas mucho antes que las demás por cosas como el ruido, las luces o la interacción constante.
Reflexiona sobre cuál de estas situaciones resuena más contigo. Saber qué es lo que te afecta es clave para enfocarte en encontrar soluciones.
Estrategias para manejar el estrés en Navidad
Una vez identificado lo que te genera estrés, es el momento de buscar estrategias prácticas para reducir su impacto. Aquí tienes algunas propuestas:
1. Prioriza tu bienestar
Encuentra momentos de tranquilidad. Si las reuniones te abruman, planifica pequeños descansos. Retírate a un lugar tranquilo o da un paseo breve para recargar energía.
Dialoga contigo. Practica un diálogo interno positivo, recuérdate que puedes manejar la situación y que está bien tomarte un respiro cuando lo necesitas.
2. Planifica con antelación
Horarios de compras. Si te estresa ir de tiendas en días concurridos, trata de comprar en los momentos de menos afluencia de gente.
Delimita tus compromisos. Decide a qué eventos asistirás y cuáles evitarás, y comunica tus decisiones con anticipación para evitar malentendidos.
3. Maneja las interacciones difíciles
Evita discusiones. Si surgen temas de conversación que sabes que pueden generar conflicto, desvía la atención hacia algo más positivo o simplemente excúsate.
Fomenta el autocontrol. Aprende a reconocer las señales de malestar y aplica técnicas como la respiración profunda para mantener la calma.
4. Simplifica las tareas
Divide responsabilidades. No todo tiene que recaer sobre la misma persona. Si organizas reuniones, delega tareas como cocinar o decorar.
Regalos sin estrés. Considera opciones prácticas como compras en línea o regalos simbólicos y evita complicaciones innecesarias.
Diseña tu Estrategia de Autocuidado
Reflexiona sobre tus límites y respétalos, no temas decir “no” a situaciones que sabes que te generarán malestar. La Navidad no debería ser una carrera para complacer a los demás, sino una oportunidad para conectar contigo y tus seres queridos.
Tu bienestar es lo más importante, por lo tanto, es fundamental que te cuides. Recuerda que cuidarte no es ser egoísta, sino algo necesario para poder compartir lo mejor de ti con las demás personas. Crea un plan de autocuidado que te ayude a disfrutar de estas fechas.
• Priorízate. Reserva un rato cada día para hacer alguna actividad que te relaje y te llene de energía, como pasear, meditar o simplemente disfrutar de un momento de paz en silencio.
• Pon tu atención en lo que te hace feliz. Trata de enfocarte la mayor parte del tiempo posible en todo lo positivo que hay en tu vida, porque el dónde pones el foco determina tu estado de ánimo.
• Mantén la calma. Para reducir la ansiedad practica ejercicios de respiración o meditación, te recomiendo las respiraciones sonrientes del libro La Alegría de Vivir
Un propósito navideño lleno de amor
Recuerda que el bienestar comienza con un mejor autoconocimiento y el compromiso firme de cuidarte. Piensa en esta Navidad y decide qué vas a hacer para estresarte menos y disfrutarla más. ¡Y hazlo!
Desde simplificar tus tareas, hasta preparar con antelación cómo enfrentar situaciones complejas, hay muchas formas de transformar estas fechas en una experiencia más llevadera.
Haz que esta Navidad sea diferente. Este año disponte a vivirla con tranquilidad y alegría. Deseo que las estrategias que te he presentado en este artículo te ayuden.
¡Feliz Navidad!
Y si quieres saber más sobre cómo disfrutar de la vida con alegría en el día a día, te espero entre las páginas de mis libros y en la Escuela de Alegría Anaís y Pirueta.
Te invito a ver este vídeo en el que también hablo de este tema.