– Ya, pero si no me levanto a tiempo no lo veo.
– Claro, pero, aunque no lo veas, amanecer, amanece igual.
– Bueno, igual pero diferente.
– ¿Cómo va a ser igual pero diferente?
Madre del amor hermoso, vaya conversación llevamos esta mañana Pirueta y yo…
En fin, que yo solo pasaba por aquí para decirte que el amanecer es para mí el mejor momento del día.
Y que cuando lo veo, siempre se ilumina mi alma, por eso me encanta salir temprano para verlo.
Además, el amanecer me invita a reflexionar sobre cómo conviven los conceptos “igual y diferente”.
Porque cada día hay un nuevo amanecer,
siempre igual, o sea, que cada día amanece,
y, a la vez,
siempre diferente, porque la imagen que nos ofrece es distinta cada día.
¡Y ya está!
Con esta explicación nos quedamos contentas Pirueta y yo.
Por cierto, te recomiendo incorporar este hábito en tu día a día,
si no todos los días, por lo menos algunos,
te ayudará a comenzar el día con alegría.
Y si quieres más sobre cómo entusiasmarte con la vida, descúbrelo con mi libro La Alegría de Vivir
¡Te espero entre sus páginas para acompañarte!
Pídelo por la web y te lo envío lo antes posible, ¡y sin gastos de envío!
Y si este la lo tienes, ya sabes…, ¡a por el siguiente de la Saga!