¿Qué te dice esta afirmación? ¿en qué piensas cuando piensas en “lo primero”? ¿qué es “lo primero”? ¿es lo urgente? ¿es lo importante? ¿es lo mismo urgente que importante? ¿qué es lo que puede esperar y lo qué no?
A veces empezamos a organizarnos y comienzan a aparecer “otras cosas” que son “más urgentes” y terminamos posponiendo aquello que habíamos determinado en principio como “lo primero”, convirtiéndose en numerosas ocasiones en “lo nunca hecho”.
Pero… ¿cómo priorizar? ¿cómo darme cuenta de cuándo lo primero está convirtiéndose en lo último y lo “aparentemente urgente” ha ocupado su lugar?
Este es un tema muy interesante, pues intervienen muchos factores que tienen que ver con la forma en que nos desenvolvemos en el mundo, nuestras creencias, nuestro temperamento, nuestros miedos, nuestros compromisos con “nuestro clan”…
A veces, en cosas aparentemente sencillas, podemos atascarnos porque todo nuestro mundo emocional aparece “de repente” para mostrarnos que lo que creíamos que era “lo primero” no lo es y que hay otras cosas que hacer más importantes.
Una de las frases que yo recuerdo haber oído mucho en relación a este tema es “primero la obligación y después la devoción” y por supuesto la obligación no hacía referencia a la resultante de un compromiso adquirido, sino a las obligaciones impuestas desde fuera, sin tenerse en cuenta las preferencias de la persona obligada a ello.
No fue fácil pero a lo largo de mi vida aprendí que, contra todo pronóstico, lo primero debía de ser siempre “Yo”. Sí, Yo para Mí, y Tú para Ti, por supuesto. ¿Te sorprende? ¿Qué creencias vienen a tu mente al leer estas palabras?
Realmente siento que si quiero aportar al mundo lo primero es estar bien conmigo misma, para desde ese bienestar personal poder amar y compartir-Me con otras personas.
Esto no es algo que se me ensañara ni en casa ni en la escuela, claro, porque no era una creencia que se sustentara en el entorno en el que crecí, pero afortunadamente cada quien podemos reorientar nuestra vida, con ayuda de otras personas si es necesario. En mi caso leí mucho a Louise L. Hay que fue muy inspiradora para mí, con ella encontré el sentido de muchas cosas y aprendí enormemente sobre mi capacidad de crear mi vida; siempre le estaré agradecida.
Encontrar un equilibrio entre ocupar-Me de mí y aportar al mundo es básico. Conocer-Me, aceptar-Me, cuidar-Me, respetar-Me, amar-Me, gestionar-Me… porque desde mí es desde donde me relaciono con el resto del mundo y cuanto mejor esté yo conmigo misma mejor estaré disponible para el resto.
Es muy importante no confundir este discurso con el egoísmo personal, este juicio es una “trampa” que suele aparecer en el camino, ocuparme de mí no es ser egoísta, ser egoísta sería pensar solo en mí, ocuparme de mí sin tener en cuenta al resto, pero no estamos hablando de eso. Sin embargo no ocuparme de mí sería traicionarme, a la vez que traicionaría a las personas que podrían disfrutar también de una saludable versión de Mí.
Así que te propongo dedicarte tiempo a ti, a tu desarrollo personal, para después compartir-Te desde tu propio bienestar con el resto de las personas. Conocer-Te, aceptar-Te, cuidar-Te, respetar-Te, amar-Te, gestionar-Te… Primero, lo Primero. Te harás bien a ti y eso repercutirá en tu entorno.
Gracias por estas palabras tan sabias y llenas de amor.
Namasté!
Gracias a ti por leerlas, guapa. Namasté.