Una bonita y sabrosa forma de disfrutar de los mandalas es hacer un Taller de Mandalas de Frutas.
Cada participante crea su mandala de acuerdo a sus preferencias, disfrutando después de su contemplación y de una “merendola consciente”. Trabajamos el “aquí y ahora” tanto en el proceso de creación del mandala como en el de comérselo.
Necesitamos:
- Frutas de distintos tipos y colores (preparar suficiente cantidad en función del número de participantes).
- Cuchillos (de punta redondeada para el taller, si las características de las personas que lo realizan lo requiere).
- Recipientes para colocar cada tipo de fruta.
- Platos llanos (uno por participante).
- Servilletas para limpiarse.
¡ATENCIÓN! ¡MANOS LIMPIAS! ;o)
Desarrollo:
Se preparan las frutas por tipos. Cada fruta se prepara teniendo en cuenta sus características, en rodajas, láminas, unidades, deshuesadas…
Cada persona dispone de un plato llano en el que irá construyendo su mandala utilizando las frutas que prefiera según sus gustos, podrá utilizarlas tal cual está presentada o cortarlas más si lo desea. Tendrá que tener en cuenta que el mandala se lo come después, por lo que valorará qué es lo que más le gusta y qué apetito tiene en ese momento.
El mandala se construye como se quiere. Una vez que lo tenemos terminado podemos hacer una foto de cada mandala por si se la quieren quedar de recuerdo y aprovechamos este momento para ver también cómo han quedado los demás mandalas. Tomamos conciencia de qué diferentes son, teniendo de partida el mismo material a nuestra disposición.
Posteriormente cada persona observa su mandala y se lo va comiendo poniendo consciencia en el hecho de comerse cada trocito, decidiendo mentalmente el orden y saboreándolo.
Estas fotos son de un taller realizado con 7 personas de edades comprendidas entre los 6 y los 38 años (infancia, adolescencia y adultez) y utilizamos cerezas deshuesadas, uvas, plátano, melocotón, pavía, kiwi, pera y piña).