La vida es un cambio constante y tomar decisiones es un continuo en la vida… y aquí estamos, cambiando sí o sí… y decidiendo consciente o inconscientemente…
Hoy en día hay un término que oímos mucho, sobre todo las personas que nos dedicamos a la educación y al desarrollo personal, se trata de la “zona de confort” y la permanencia en ella o la decisión de aventurarse a salir fuera de la misma…
La zona de confort es en la que se desarrolla nuestra vida, la forma de vida a la que nos hemos habituado. Como es lo que conocemos, sentimos que tenemos un cierto control, tenemos una sensación de “seguridad” que nos incita a seguir así, al margen de que nos guste o no, porque es lo que nos resulta familiar.
El refrán “más vale malo conocido que bueno por conocer” es un claro ejemplo de creencia limitadora en este sentido, porque nos incita a quedarnos en nuestra zona de confort aunque no nos guste el día a día que estamos llevando en la vida. Muchas veces nos conformamos con la idea de que alguna vez algo externo cambiará y todo mejorará, como por ejemplo que me tocará la lotería o encontraré a alguien superespecial que solucionará mis problemas… pero cualquier cambio en ti debe darse desde dentro.
De cualquier forma este tema es complejo, no es nada fácil aventurarse a cambiar cuando nadie nos ha enseñado y no es nada fácil tomar decisiones valoradas, razonadas, meditadas… y que sigan las indicaciones de nuestro corazón, cuando tampoco se nos ha enseñado cómo hacerlo. Sin embargo te digo que es posible y maravilloso, aunque a veces se necesita ayuda.
Aquí os cuento un secreto… sssshhhh… secreto a voces, jeje… Yo llevo toda la vida saliendo de la zona de confort, me
quedo una temporada y luego salgo, pero de nuevo en algún momento, me doy cuenta de que me he creado una nueva zona de confort para instalarme… jajaja, y resulta que no, que no me quedo, que hay algo fuera a dónde ir… Pero lo que me incita a tomar la decisión de salir no es lo que habrá fuera, sino la necesidad interna de construir mi mundo, de seguir lo que me dicta el corazón, de trascender lo conocido para aventurarme a algo mejor, pero no porque sea mejor en sí mismo, sino porque es lo que siento en lo más profundo de mi ser, porque es lo que necesito hacer para construir mi mundo a mi manera.
En ese sentido la toma de decisiones nunca me asustó y a pesar de lo mal que lo paso cuando me encuentro en un momento vital en el que tomo una decisión importante, sobre todo porque hay que re-ubicar todo mi mundo y siempre medito mucho sobre lo que voy a hacer, nunca me he arrepentido de ninguna de mis decisiones a la hora de salir de mi zona de confort. Siempre ha sido para bien, por lo tanto CONFÍO.
Ahora, como Coach, disfruto de ayudar a aquellas personas que han decidido tomar las riendas de su vida y solo necesitan una mano amiga y profesional que les acompañe, en esos momentos difíciles en los que tras decidir salir de su zona de confort se lanzan a la aventura de comenzar los cambios necesarios para llegar a donde quieren estar.
¿Y tú? ¿Te animas a seguir lo que dicta tu corazón o te quedas en tu zona de confort?
 
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