A veces nos acostumbramos tanto a algunas cosas que se nos olvida que algún día fueron de otra manera.
Nos acostumbramos a levantarnos sin energía y a no cuestionarnos el por qué. Nos acostumbramos a enfadarnos por casi todo desde el punto de la mañana. Nos acostumbramos a la rutina del día a día. Nos acostumbramos tanto a la incomodidad que hasta nos resulta “cómoda”.
Es así como nos vamos acostumbrando a sentirnos mal durante gran parte del tiempo y lo asumimos así, sin más. Y yo me pregunto, ¿cuánto cuesta acostumbrarse a no reír?
¿Cuánto tiempo pasa desde que te ríes con naturalidad varias veces al día, hasta que ya ni recuerdas cuándo fue la última vez que te reíste a carcajadas?
Yo no sé cuánto tiempo pasó, la verdad, pero me acostumbré a no reír, lo viví en mi propia piel, en mi propia alma, y cuanto más tiempo pasaba peor me sentía. Cuando me di cuenta de esto realmente, recuperar mi sonrisa y mis risas se convirtió en un apasionante reto para mí.
Reír es pura medicina para el alma, tú lo sabes perfectamente, claro que sí, piensa en cómo te sientes después de unas buenas risas compartidas. En una vida vivida con alegría no pueden faltar las risas. Cuando nos reímos, la energía cambia completamente y todo lo vemos de otra forma: más bonita, más positiva, más amable…, y nos sentimos mucho mejor, con más energía.
¿Sabes qué me ayudó a mí en gran medida a recuperar esas risas? El encuentro con mi parte payasa, con Pirueta. Expresarme desde su esencia y compartir con otras personas que también se expresan desde su clown personal, me entusiasma. Y es que, en cada curso de clown que realizamos disfrutamos y nos reímos tanto, que salimos con una energía extraordinaria.
Sé que conectar con esa parte payasa que llevamos dentro, nos ayuda a disfrutar de nuevo de reír y a mejorar considerablemente nuestro estado de bienestar en todos los sentidos, lo he comprobado infinitas veces en mí y en otras personas que ya lo han experimentado.
Por eso me siento en la maravillosa obligación de ofrecer nuevas propuestas y, a pesar de las circunstancias que estamos viviendo (o precisamente con más razón por ello) he preparado para finales de junio una nueva convocatoria presencial de mi curso estrella, Viaje al encuentro con tu Clown, en Zaragoza.
Que bueno es poder recurrir a esa parte payasa, que todos tenemos dentro, incluso en el día a día. Para mí fue todo un descubrimiento y mas fácil de lo que parece.
Gracias a ese primer curso de clown, al que asistí “casi” obligado, porque me encantó y a los siguientes ya acudí de buena gana. Lo recomiendo “muy mucho”.
Gracias, gracias, gracias.
Gracias a ti por tu confianza, por todo lo compartico y todo lo que queda por compartir.